lunes, 16 de junio de 2008

¿Cómo se hace el vino?

El vino nace del jugo de la uva o mosto, que fermenta por acción de las levaduras (sacaromicetos) presentes en su piel u hollejo. Este fenómeno natural se denomina fermentación alcohólica.

Durante la fermentación alcohólica las levaduras se comen el azúcar presente en forma natural en el mosto y lo transforman en alcohol, anídrido carbónico, glicerina y otras sustacias secundarias.

El anhídrido carbónico desaparece, mientras que el resto de las sustancias permanecen en el mosto. Este es el comienzo de la elaboración del vino, en el cuál intervienen reacciones físicas y químicas, entre las cuáles debe ser controlada especialmente la temperatura.

Los vinos se elaboran todos sobre la base del mismo principio (la fermentación alcohólica), pero cada tipología (vino tinto, vino blanco, vino rosado, vino espumoso, etc.) necesita de diferentes técnicas.

Apenas llegada a la bodega la uva se clasifica y certifica. Los enólogos de la bodega analizan calculando el nivel de azúcar que presenta, determinante para el grado alcohólico del vino a obtener producto de la fermentación, y la acidez para saber si se tendrá una buena fermentación, equilibrio y color en el vino futuro.

De esta manera nacen la mayoría de los vinos que se elaboran hoy en día.

Un primer añejado puede darse en las propias bodegas, los vinos finos suelen ser guardados en toneles de roble, la madera de éstos suele conferirles, añadirles, matices especiales a los vinos en ellas guardados. En las viviendas se recomienda guardar los vinos finos en bodegas domiciliarias, las cuales pueden ser pequeños ambientes oscuros y frescos en los cuales se depositan acostadas las botellas. Salvo cosechas excepcionales no se necesitan más de cuatro años para buen añejamiento, un vino fino de cosecha no excepcional puede llegar a "oxidarse" si el añejado supera los cuatro años.

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