
Muy importante a tener en cuenta es el diseño de la etiqueta de casi cualquier producto, y el vino no podía ser la excepción.
El sentido de la vista es en nosotros tan notable que es inevitable su influencia, tanto positiva o negativa, de la primera impresión. Por eso, en el 90 % de las catas profesionales las etiquetas no son mostradas, y a eso se le llama “cata a ciegas”.
Por otra parte, los diseños de las etiquetas suelen ir renovándose para atender necesidades relacionadas con el marketing, siempre respetando los datos obligatorios que ellas deben contener.
Entre estos datos contamos:
• La Marca
• Tipo de Vino (de mesa, Vino Tinto, Vino Blanco, de postre, etc…)
• Porcentaje de alcohol expresado en volumen
• Contenido neto total.
• Denominación y dirección del embotellador.
• Dirección de la bodega elaboradora.
• Procedencia del vino (Ej. Envasado en Origen, Procedencia Mendoza, Industria Argentina).
• Por ley debe contener las siguientes leyendas: Beber con moderación. Prohibida su venta a menores de 18 años.

Luego, en la contraetiqueta la bodega describirá su producto. Resultan datos subjetivos pero por lo general muy consecuentes con las características del vino. Entre esos datos subjetivos encontramos
• Descripción enológica en la etiqueta trasera/ contra-etiqueta (Aroma, Sabor y Vista).
• Características de elaboración como "crianza en roble …".
• Temperatura de consumo adecuada.
• Recomendaciones gastronómicas con las que resalta su sabor.
La descripción fiel y lo más certera que se pueda de estos datos provocará en el consumidor una sensación de confianza hacia la bodega productora.
Conocer la información de las etiquetas, es decir, nombre de la bodega, su región de origen, sus características enológicas, nos darán ciertos parámetros en la elección final, y para su combinación o maridaje con el plato elegido.

No hay comentarios:
Publicar un comentario